martes, 4 de septiembre de 2012

Una dimensión importante que enriquece la visión de la asignatura es que el lenguaje incorpora al estudiante a su comunidad cultural. La enseñanza formal refuerza la apropiación del patrimonio
cultural oral y escrito, que forma parte de un bagaje común en que reconocemos nuestra identidad y nos abrimos a la complejidad del mundo. Durante el proceso educativo, los estudiantes comprenden
que la lengua construye una cultura de la cual forman parte, que está en permanente transformación y que ha creado obras de significado profundo para ellos y para la sociedad. Para que esta apropiación ocurra, es necesario que el niño desarrolle, desde los primeros años, la curiosidad y el gusto por la palabra. En esta etapa, esto implica experimentar los diversos usos del lenguaje hablado y escrito, y comenzar a conocer y apreciar tanto el legado de la tradición oral como las obras literarias universales
y nacionales. En este sentido, los Objetivos de Aprendizaje buscan familiarizar al estudiante con una
variedad de obras de calidad de diversos orígenes y culturas, propiciando el disfrute y presentándolas
como un modo de incentivar en los alumnos el interés y el hábito de la lectura.
En relación con el enfoque de la asignatura, los Objetivos de Aprendizaje mantienen el enfoque comunicativo del marco curricular anterior; es decir, apuntan al desarrollo de las competencias comunicativas, que involucran conocimientos, habilidades y actitudes.

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